Neurofisiología del Dolor

Algunas preguntas que nos hagan reflexionar: ¿cómo es posible que alguien sienta dolor de un miembro amputado? O, en relación a la emoción que añadimos a una situación, ¿influye ésta en el procesamiento de la señal dolorosa? ¿sentirá el mismo dolor un niño de una tribu de cazadores-recolectores al que la amputación de un dedo signifique el paso a ser adulto-cazador, o su percepción y nivel de sufrimiento será muy diferente al de un niño occidental? La señal que llegue al cerebro a través del “cableado eléctrico” será la mismo, pero, ¿y la interpretación del cerebro y posterior respuesta emitida en forma de sensación dolorosa?

 

Es importante que como paciente comprendas los mecanismos por los que el organismo origina el dolor ya que, la lógica del cerebro no es la misma que la nuestra, y el conocimiento de esta lógica, en ocasiones, permite dar la vuelta a la situación y poder deshacernos del dolor. De una manera muy simplista, entender los mecanismos por los cuales el cerebro lo produce, convertirte en alumno y recibir pedagogía acerca del dolor, resulta una herramienta muy útil para calmar y transmitir paz al sistema nervioso, haciendo cesar el estado de alerta e hipervigilancia del mismo.

Y entonces, ¿cómo sentimos el dolor? Pues bien, el sistema nervioso central recibe estímulos de la periferia en forma de señales eléctricas (inputs), los procesa a través de toda una red neuronal, y emite una respuesta (output) en forma de dolor, por ejemplo, con la finalidad de facilitar la resolución del problema. Sin embargo, las fibras nerviosas que recogen esa información de la periferia para ser enviada al cerebro no sólo se encargan de recoger estímulos mecánicos o térmicos relacionados con la producción de dolor, sino que también van a recoger cualquier tipo de estímulo que tenga que ver con nuestra homeostasis (nuestro equilibrio entre los diferentes sistemas del cuerpo humano) y supervivencia. Así pues, además de estímulos mecánicos y térmicos, también estímulos metabólicos e inmunológicos van a ser recogidos por una misma vía y trasladados al sistema nervioso central, siendo este último el que emite una respuesta (por ejemplo, dolor) a la espera de un cambio de conducta en el individuo que facilite la resolución del problema.

De esta forma, podemos entender que la percepción del dolor puede ser modulada por los diferentes sistemas, es decir, que puede amplificarse o disminuir su intensidad en función de lo sensibilizada que se encuentre esta vía en la que convergen diferentes estímulos relacionados con el estado fisiológico del cuerpo (calor/frío, estado de los diferentes órganos, estado metabólico e inmunológico, sed/hambre, tensión muscular, procesos emocionales, etc.), pudiendo ser todos ellos fuente de estrés y, por tanto, actuar como factores que predispongan o perpetúen la sensación dolorosa. El procesamiento del dolor es algo dinámico, multimodal, y sistémico, entendiéndolo también como una sensación homeostática, es decir, que nos informa sobre el estado fisiológico del organismo a la espera de un cambio de conducta del individuo que facilite la resolución.

"El procesamiento del dolor es algo dinámico, multimodal, y sistémico, entendiéndolo también como una sensación homeostática"

Además, existen otras áreas del sistema nervioso central que también participan en la regulación del dolor y que tienen que ver tanto con la experiencia previa del individuo como con la emoción que se añade a la situación; es decir, aunque la señal del cableado eléctrico sea la misma, la información va a pasar y ser procesada por diferentes áreas cerebrales que van a hacer que su interpretación sea diferente en función de lo sensibilizadas que se encuentren ya de antemano, teniendo como resultado final una sensación dolorosa que puede ajustarse a la realidad, o amplificarse si existe disrupción a estos niveles.

Entonces, hablar de “daño en el tejido” y hablar de “dolor” como una respuesta emitida por el cerebro en forma de sensación no es lo mismo, y es que el daño o lesión en el tejido va a trasladar un input al sistema nervioso central, pero el dolor se trata de un output o respuesta emitida por el cerebro tras un recorrido y procesamiento de la información en el que pueden interferir otras muchas variables como ya hemos visto. Ya se ha evidenciado ampliamente que puede llegar el caso de existir dolor (output) sin haber un daño tisular (no input), pudiendo existir una asincronía entre biomecánica y neurología a la que se le denomina sensibilización central, existiendo factores que amplifiquen la señal dolorosa (fisiológicos y también emocionales y/o de experiencias previas vividas) y, que llegado a un extremo, generan cambios neuroplásticos a nivel central como consecuencia de tener un cerebro en estado de alerta e hipervigilancia, aunque el estímulo biomecánico ya haya desaparecido, creándose así una clara senda o ruta neurológica por la que viaje la información de forma descontrolada si no se actúa con las herramientas adecuadas.

"El dolor siempre es real y lo entendemos como un sentimiento"

«Es importante comprender el carácter predictivo del sistema nervioso, ya que va a emitir órdenes basadas en la memoria y experiencias vividas.»

En conclusión, el dolor siempre es real y lo entendemos como un sentimiento, al igual que la rigidez, el miedo, la ansiedad… pudiendo no ser directamente proporcional al daño existente en el tejido. Se trata de una respuesta multisistémica asociada a un conjunto de inputs que va a depender del contexto del individuo (biomecánico, fisiológico, y psicosocial) y que, como si de una señal de aviso se tratara, siempre va a tener como fin la resolución del problema y protección del individuo. Además, el dolor y su sistema no es algo rígido y puede reentrenarse, de ahí el concepto de neuroplasticidad, al tratarse de aspectos moldeables… la bioplasticidad es la que te ha metido en este lío, y la bioplasticidad te sacará de él.

Por ello, es importante comprender el carácter predictivo del sistema nervioso, ya que va a emitir órdenes basadas en la memoria y experiencias vividas, y también poniendo la vista en el futuro. La pedagogía en el paciente acerca de neurobiología del dolor y sobre de su patología va a producir cambios en sus convicciones y expectativas, creando un nuevo input cerebral y generando cambios en el procesamiento del dolor e incluso modificaciones en la calidad del tejido al disminuir la percepción de alerta y amenaza… comprender de forma profunda lo que está sucediendo va a contribuir a apagar la alarma a nivel central. Además, el movimiento y la exposición gradual al mismo van a ser herramientas muy útiles e imprescindibles a la hora de emitir una señal de normalidad que permita trasladar calma al sistema nervioso… se trata de hacer entender al cerebro que todo va bien.

Para finalizar, concluir que podemos entender la cultura y los aspectos psicosociales como un elemento biológico másen el sistema de defensa del paciente, además de los aspectos metabólicos e inmunes, y el objetivo final sería conseguir un estado de vigilancia sostenible, en el que el cerebro no haga una mala interpretación de la situación y no emita una decisión errónea en forma de dolor.

 

“Todo hombre puede ser, si se lo propone, escultor de su propio cerebro.”